Como una idea recreada por un médico suizo de hace más de cien años atrás puede hacer que generes ingresos diarios, semanales, mensuales!
Te voy a contar cómo nació mi emprendimiento a partir de un invento que surgió hace más de un siglo, se trata de la Avena Bircher el cual toma su nombre por el médico suizo Maximilian Bircher quien observó a los habitantes de los Alpes consumir una especie de papilla hecha de leche, miel, manzana y algunos cereales como la avena cruda. Este doctor decidió aplicar esta receta en su consultorio para tratar problemas gastrointestinales, obteniendo muy buenos resultados entre sus colegas famosos como Maria Montessori, Hermann Hesse, Sigmund Freud y Carl Gustav Jung.
Con el pasar del tiempo esta receta ha ido variando un poco, se ha reemplazado la leche por yogur natural o de sabores. Aunque esta receta tenga más de un siglo, al día de hoy aún sigue siendo una novedad y no muchos conocen sus propiedades nutritivas. Tengo más de treinta años y nunca escuché acerca de esta receta hasta que la probé por curiosidad y quedé fascinada con la textura cremosa de la avena y el sabor de los demás ingredientes fusionados con el yogur.
Junto con mi pareja decidimos replicar esta receta en casa con el único objetivo de poder consumirla tantas veces como queramos. Hicimos tanta avena que no logramos terminarlo entre los dos, así que empezamos a repartir a la familia y a llevarlo como regalo a fiestas de cumpleaños.
Aquí es donde la idea de emprender va tomando forma. Las personas que probaron la avena quedaron fascinadas y empezaron a pedir más para ellos y sus amistades. Queríamos que la avena llegara a sus manos en una presentación mejor que en un envase de plástico desechable, así que decidimos comprar unas cuantas botellas de vidrio de un litro, nos pusimos creativos e hicimos una descripción de los ingredientes en pequeñas tarjetas colgantes con hilo de yute, acordamos un precio y a la semana ya habíamos hecho $80 solo repartiendo unas cuantas botellas.
La venta de avena Bircher iba creciendo a medida en que me dedicaba a trabajarlo y con ello también se desarrollaron nuevos retos. El proceso ha sido divertido, curioso, emocionante e incluso educativo.
Sin embargo, un emprendimiento, no es un cuento de hadas y por supuesto que tiene sus altibajos.
Para emprender no se necesita partirse la cabeza buscando una super idea original, no necesitas inventarte nada, ya todo está inventado, la respuesta siempre está enfrente: te gusta algo, cómpralo, pruébalo, investiga, mejóralo y sácalo al público. Si esto te funciona, continúa, no pierdas el entusiasmo y si no funciona vuelve a empezar. El mundo del emprendimiento está lleno de retos como todo lo bueno y lo que tiene valor. Aquí no hay pérdidas, todo es ganancia y no estoy hablando solamente en lo económico sino también en lo personal, como ser humano cada día te conviertes en una persona mejor de lo que fuiste ayer, más activa, renovada, con mejores ideas, con menos temor y más determinación. Si algo es muy cierto, es que los problemas o retos que surgen en un emprendimiento es una oportunidad gigantesca para mejorar tus habilidades mentales y emocionales y al mejorar tu intelecto estarás aportando muchísimo valor a todo, absolutamente todo lo que tus manos toquen y por ello recibirás continuamente recompensas que harán de tu vida un conjunto de experiencias plenas y satisfactorias.